La historia
Nombramiento de José Patiño como Intendente General de Marina y Presidente de la Casa de la Contratación.
Publicación del Reglamento de libre comercio, que rompe definitivamente el monopolio comercial gaditano.
Real Orden trasladando la Casa de la Contratación y el Consulado de Indias desde la ciudad de Sevilla a la de Cádiz.
La Casa de la Contratación de Indias se estableció en 1503 en Sevilla con la finalidad de regular el intenso tráfico comercial y naval con el Nuevo Mundo. Se convirtió en una de las instituciones más complejas de la época, encargada del almacenamiento, aprovisionamiento, registro e inventario de mercancías y flotas, así como de cualquier otro asunto que tuviera que ver con el próspero negocio de Ultramar.
Años más tarde, en 1543, comienza a funcionar de forma paralela a la Casa de la Contratación el Consulado de Cargadores a Indias, que a modo de corporación de mercaderes y comerciantes actuaba también como Tribunal, atendiendo los pleitos derivados de la intensa actividad mercantil de sus miembros en la carrera de Indias.
Cádiz 1717-2017. 300 años de La Casa de Contratación.
+ INFORealizado por Diputación Provincial de Cádiz
El 12 de mayo de 1717 el monarca Felipe V firmó el Decreto mediante el cual la Casa de la Contratación y el Consulado se trasladan a nuestra ciudad. Para Manuel Ravina, director del Archivo General de Indias (Sevilla), el traslado de ambas instituciones no fue un capricho repentino del monarca. Cádiz había ido adquiriendo cada vez más importancia en el comercio con Indias hasta que, a finales del XVII, la flota que hacía la Carrera ya salía al completo de esta ciudad andaluza.
“La competencia entre las dos ciudades fue una constante hasta que la colmatación del Guadalquivir y el dinero ofrecido al Rey por la poderosa comunidad de comerciantes gaditanos consiguieron el traslado a Cádiz de la Casa de la Contratación en 1717 y, lo que es más importante, el monopolio del comercio con América”.
Ravina destaca dos nombres fundamentales en la pugna entre Cádiz y Sevilla por este monopolio comercial: el abogado Francisco Manuel de Herrera, que ayudará a que la Casa de la Contratación siga en la ciudad a pesar de que desde la Corona se darán órdenes contradictorias, y el ministro José Patiño, impulsor de la construcción de los arsenales de Puntales y la Carraca para el desarrollo de la industria naval gaditana.
Tricentenario en el Foro Joly
+ INFORealizado por Diputación Provincial de Cádiz
Cádiz en el Siglo XVIII es una ciudad única, puente entre dos mundos: Europa en su zona Atlántica y la América hispana (con su extensión, a través del galeón de Manila, hacia las Filipinas y Oriente), sin olvidar las islas Canarias, que sirvieron de escala necesaria a las flotas.
Con el monopolio del comercio a las Indias occidentales, Cádiz se convirtió en una de las ciudades más opulentas de Europa, como bien explica el catedrático de Historia Moderna de la UCA Manuel Bustos Rodríguez:
“La decisión del traslado por parte de la Corona iba a representar el impulso hacia una época de esplendor, prácticamente en todos los órdenes, así como una proyección universal sin precedentes para la ciudad de Cádiz y su bahía. Esta situación, con altibajos, se alargará hasta la independencia de los territorios americanos, ya avanzado el siglo XIX. Consecuencia evidente del traslado del monopolio comercial y de las instituciones adscritas al mismo, será la transformación de la ciudad en verdadero Emporio del Orbe, como le había llamado, al término del siglo XVII, Fray Gerónimo de la Concepción con acertada frase. El traslado de la Casa de la Contratación y del Consulado a Cádiz contribuyó notablemente a su proyección internacional en el ámbito económico, dejando asimismo su huella en las naciones que colaboraron a través de Cádiz para hacer posible la Carrera de Indias, así como en los numerosos escritos de todo tipo, mapas y grabados que pregonaron su nombre por todas partes”.
Conferencia Ateneo de Manuel Bustos sobre la Casa de Contratación
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La transformación no sólo social, sino también urbanística, sufrida por Cádiz en el siglo XVIII no se entendería sin la presencia de la Casa de la Contratación en la ciudad. La llegada a Cádiz y la Bahía de una gran cantidad de comerciantes extranjeros hizo de este territorio un espacio diverso tanto en ideas como en su arquitectura. Las casas palacio, las torres miradores, las murallas de Cádiz, son las huellas del esplendor de aquella época y hoy perviven en su fisonomía como un recordatorio de lo que fue y de lo que puede volver a ser esta ciudad.